CARACTERÍSTICAS BÁSICAS:



En términos muy simples, podemos definir un agujero negro como una región del espacio-tiempo donde la gravedad es tan intensa que nada, ni siquiera la luz, puede escapar de la misma. Consecuentemente, el espectro electromagnético no se refleje en dicha región, haciendo que su interior sea invisible y dotándola de su característico color (o más bien ausencia de este) negro. Los dos tipos principales de agujeros negros son los agujeros negros de Schwarzschild y los agujeros negros de Kerr.

Los agujeros de Schwarzschild son estáticos, con forma de esfera, y únicamente poseen masa. Por el contrario, los agujeros de Kerr rotan sobre sí mismos, tienen forma de elipsis, y poseen tanto masa como momento angular. La inmensa mayoría de agujeros negros presentados tanto en la vida real como en la ficción pertenecen al primer grupo. También se cree que podrían existir agujeros negros dotados de carga eléctrica, los llamados de Reissner-Nordström y Kerr-Newman.

La descomunal masa de los agujeros negros no sólo crea un potentísimo campo gravitatorio que aplasta y atrae hacia sí todo lo que se encuentre en las proximidades del agujero; también curva y deforma la luz y el mismo espacio-tiempo en las proximidades del mismo, provocando un efecto de lente gravitacional que dota a los agujeros negros de su característico anillo lenticular que dobla la geometría de lo que pase por delante de este.


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